Importancia del balanceo hidrónico en los circuitos cerrados

23.11.23 01:22 AM By kinenergy.internacional

En el fascinante mundo de los circuitos cerrados, donde la energía fluye y se transforma, el balanceo y control hidrónico emerge como un elemento clave para garantizar un rendimiento eficiente.

 

El balanceo hidráulico asegura que cada rincón del sistema hidrónico reciba el caudal necesario de agua, además de que ayuda a evitar desequilibrios que podrían traducirse en un derroche innecesario de energía.

 

Por otro lado, el control hidrónico ajusta y mantiene las condiciones térmicas ideales a través de válvulas, sensores y sistemas de automatización, garantizando que cada componente del sistema responda de manera precisa y eficiente a las demandas térmicas.

¿Qué es un circuito cerrado?

Los circuitos cerrados son esenciales para intercambiar energía en diversos procesos. Estos sistemas cuentan con generadores térmicos, unidades terminales, bombas, válvulas y tuberías. La clave radica en el intercambio eficiente de energía, ya sea para calefacción o refrigeración.

 

Se dice que un equipo hidráulico balanceado o equilibrado hidráulicamente si cada unidad terminal que lo compone recibe en todo momento el caudal para el que fue diseñado. Controlar el caudal resulta fundamental para limitar el consumo energético y el bienestar térmico. 

Equipo de intercambio térmico

Tipos de circuitos cerrados

Existen diversos tipos de circuitos cerrados, pero nos enfocaremos en los de dos tubos, comúnmente utilizados para calefacción y refrigeración.

 

La distribución puede ser a caudal constante o variable, cada una con sus propias características. Sin embargo, mantener el equilibrio en estos sistemas puede resultar un desafío.

 

Visualicemos este proceso mediante un diagrama simple y esquemático, ubicando la fase de generación resaltada en naranja.

Diagrama de circuito cerrado

En esta representación, el naranja destaca la generación de energía térmica, mientras que los puntos de consumo se delinean en rectángulos rojos y azules.

 

Para canalizar esta energía, entran en escena las bombas; equipos esenciales que transforman la energía utilizada para accionarlas en energía hidráulica. Estos dispositivos no solo son mecánicos; también son los impulsores que permiten que la energía fluya fluidamente a través del sistema.

 

Las válvulas desempeñan un papel crucial, siendo dispositivos versátiles con la capacidad de abrir, cerrar o modular el flujo de fluido con precisión. Su función esencial radica en regular la cantidad de fluido que pasa, asegurando una distribución equilibrada de la energía térmica según las necesidades específicas de cada punto de consumo.

 

No menos importantes son las tuberías, la red intrincada por donde circula el fluido energético. Estos conductos estratégicamente dispuestos trazan la ruta exacta por donde fluye la energía térmica, conectando de manera fluida la generación con los puntos de consumo. Cada tramo de tubería actúa como un conducto esencial que garantiza un flujo eficiente de energía hidráulica.

Este conjunto de unidades terminales, bombas, válvulas y tuberías, desempeñan un papel crucial para asegurar que la energía térmica fluya armoniosamente desde su origen hasta su aplicación final. 

Tipos de circuitos cerrados

Profundicemos en los tipos de circuitos cerrados. Ya sea para calefacción o refrigeración, estos sistemas pueden operar con distribución a caudal constante o variable, además de que se destacan por su simplicidad y eficiencia. Sin embargo, su diseño puede volverse complejo debido a la dificultad de evitar el sobredimensionamiento de los componentes.

Distribución a caudal constante

Este enfoque mantiene un flujo y presión constante a lo largo del sistema. Aunque ofrece estabilidad, puede no ser la opción más eficiente cuando los consumidores requieren diferentes flujos y capacidades.

Distribución a caudal variable

La distribución a caudal variable destaca por su adaptabilidad y eficiencia. Permite ajustar flujos y capacidades según las necesidades de cada consumidor, siendo especialmente útil en entornos con demandas térmicas cambiantes. Aunque implica un diseño más complejo y mayores costos iniciales, su capacidad para mejorar la eficiencia energética la convierte en una opción valiosa para sistemas más diversos. 

Optimizando el rendimiento térmico: caso práctico

En un espacio tan extenso y complejo como una armadora de autos, donde la demanda de energía térmica varía ampliamente, se hizo evidente la necesidad de ajustes.

 

En el área de generación donde se produjo agua helada, se observaron temperaturas que variaban entre 14 y 20 grados centígrados. La planta, con una extensión de aproximadamente 500 metros de longitud por 300 metros de ancho, albergaba numerosas unidades manejadoras de aire destinadas a procesos específicos para la producción de vehículos.

 

El problema clave fue que hubo cambios en los procesos y generaron una demanda de capacidad térmica que no estaba siendo satisfecha. Ante esta situación, se emprendió un estudio detallado de todas las líneas de la planta, donde el análisis involucró cálculos complejos en los que se consideraron caídas de presión, capacidades térmicas, flujos y caudales requeridos.

Proyecto de armadura de autos

Para solucionarlo, se consideraron propuestas innovadoras entre ellas construir una nueva planta de enfriamiento y la instalación de válvulas de recirculación en puntos estratégicos. Sin embargo, un desafío adicional se presentó al darse cuenta de que ninguna de las entradas de las naves industriales tenía medidores de presión y flujo. Este vacío de datos se abordó mediante cálculos detallados y la implementación de medidores en puntos críticos.

 

Otro proceso destacado fue donde se aplicaba cera a las carrocerías, generando temperaturas extremas. La falta de capacidad de refrigeración en este punto específico llevó a riesgos de seguridad, donde la mejor solución implicó ajustes en el suministro de agua y la inyección de aire con jets para acelerar el enfriamiento.

 

Este caso de estudio subraya la importancia de abordar los desafíos térmicos de manera integral, considerando tanto los aspectos de diseño inicial como las adaptaciones necesarias a largo tiempo. 

¿Por qué balancear un sistema?

El balanceo hidráulico no debería considerarse un simple ajuste, sino que debe ser visto como una inversión estratégica que permite asegurar la eficiencia energética. Así mismo, contribuye a crear un entorno térmico equilibrado que beneficia tanto a los procesos industriales como al bienestar de quienes interactúan con ellos. 


A continuación, dos razones:

  1. Las unidades de producción deben estar balanceadas para obtener el caudal del diseño.  
  2. El sistema de distribución debe estar equilibrado para asegurarse de que todas las terminales puedan recibir al menos el flujo de diseño, independiente de la carga promedio total de la planta. 
Aumento porcentual en costos de energía por cada grado centígrado

Síntomas de redes no equilibradas y soluciones más comunes

Síntomas de redes no equilibradas y soluciones más comunes

Ventajas del balanceo hidráulico

El balanceo hidráulico en sistemas HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) ofrece una serie de ventajas que impactan positivamente en la eficiencia y el rendimiento general del sistema.


Algunas de estas ventajas incluyen:

  • Ahorro energético: garantiza una distribución eficiente de energía, optimizando costos operativos.
  • Verificación de caudales: asegura que cada componente reciba la cantidad adecuada de fluido para un rendimiento óptimo.
  • Monitoreo de anomalías: permite detectar problemas rápidamente al medir y registrar caudales en todo el sistema.
  • Arranques rápidos: favorece un arranque eficiente al evitar desequilibrios en el flujo de fluido.
  • Control preciso: ofrece ajustes precisos para adaptarse a demandas cambiantes, mejorando la flexibilidad operativa.
  • Reducción de ruidos: minimiza ruidos no deseados para un ambiente más silencioso y cómodo.
  • Eficiencia de bombas: equilibra el sistema, reduciendo el consumo energético de las bombas.
  • Inversión en confort y eficiencia: mejora el confort interior y la eficiencia energética, percibiéndose como una inversión a largo plazo.

 

A medida que exploramos la relación entre el balanceo y el control hidrónico, se revelaron las ventajas claras: costos energéticos optimizados, menor tiempo de arranque, mayor eficiencia operativa y un confort térmico excepcional.

 

Estas ventajas convierten a los sistemas hidrónicos bien equilibrados y controlados en líderes indiscutibles en el mundo de la climatización.  Al abrazar este sistema, no solo optimizamos la eficiencia energética, sino que también creamos entornos térmicos que elevan el estándar de confort y sostenibilidad.

 

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Gerardo Villa

Ingeniero MEP Sr.

Gerardo cuenta con más de 6 años de experiencia en coordinación de proyectos MEP industriales y de edificación, en metodología llave en mano, diseño y commissioning implementados en México; destaca su participación en los proyectos “Wellness” y “CCM” del TEC de Monterrey en Ciudad de México y Monterrey. Gerardo es graduado de la carrera de Ingeniería Eléctrica por el Instituto Nacional de Ciudad Madero, actualmente vive en Monterrey, Nuevo León.

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