¿Qué es un sistema de baja presión para el desalojo de aguas residuales?
Un sistema de baja presión es un tipo de red sanitaria presurizada que utiliza pequeñas bombas trituradoras o estaciones individuales para impulsar las aguas residuales a través de tuberías de menor diámetro hacia una línea principal o planta de tratamiento.
A diferencia del drenaje por gravedad, este sistema no depende de la pendiente natural del terreno, sino de la presión generada por cada unidad de bombeo y su aplicación es especialmente útil en zonas donde el flujo gravitacional no es viable. Además, permite reducir costos de excavación y mantenimiento, optimizando la operación en desarrollos residenciales, hoteleros e industriales.
¿Cuándo implementar un sistema de drenaje presurizado?
Los sistemas presurizados resultan especialmente útiles en proyectos donde las condiciones físicas o ambientales limitan el uso de soluciones convencionales. Algunos de los escenarios más comunes incluyen:
- Espacios arquitectónicos reducidos, donde los ángulos y pendientes dificultan la instalación por gravedad.
- Terrenos rocosos o de difícil excavación, que requieren minimizar cortes o zanjas profundas.
- Proyectos verticales o de gran altura, donde el transporte de aguas negras necesita presión controlada.
- Zonas con nivel freático alto, donde la infiltración o el reflujo podrían comprometer la operación.
- Rehabilitación de sistemas existentes, cuando la infraestructura previa no permite modificaciones mayores.
Características técnicas y ventajas frente a otros sistemas
- Un sistema de baja presión puede operar entre 5 y 80 PSI, con velocidades de flujo cercanas a 1 metro por segundo, ofreciendo un equilibrio óptimo entre rendimiento y durabilidad.
- Su diseño permite que cada bomba trabaje de manera independiente, pero cooperativa, garantizando que el caudal total del sistema se mantenga estable incluso en trayectos de varios kilómetros.
- A diferencia de un sistema de vacío que alcanza velocidades más altas, el sistema presurizado reduce el diámetro de tuberías, el costo de instalación y la necesidad de pozos intermedios, optimizando el espacio y la inversión.
Etapa de implementación: del diagnóstico al diseño hidráulico
Durante la etapa de implementación, el proceso inicia con la identificación de la necesidad, donde se analizan las características hidráulicas y operativas del proyecto para determinar los requerimientos específicos de evacuación de aguas. Con base en este diagnóstico, se define el tipo de sistema más adecuado ya sea de baja, alta presión o mixto considerando factores como caudal, altura manométrica, nivel freático y condiciones del terreno.
Finalmente, se aplican procesos de ingeniería especializados que integran cálculo, diseño y simulación hidráulica, asegurando que el sistema funcione con eficiencia, seguridad y sostenibilidad a largo plazo.
Proceso de ingeniería E-One
El proceso de ingeniería E-One se basa en una metodología de 5 pasos:
- Detalles del proyecto: se definen las condiciones hidráulicas, el tipo de servicio ya sea doméstico, comercial o industrial, así como los parámetros generales del sistema.
- Análisis de zonas: cada zona es determinada de acuerdo con el cambio en el gasto máximo o las divisiones que se tengan por proyecto.
- Cálculo de la carga dinámica total (TDH): se determinan las pérdidas por fricción, presión y altura.
- Elección del tamaño de tubería: se selecciona el diámetro óptimo para garantizar eficiencia y equilibrio hidráulico.
- Diseño asistido: se validan los resultados mediante herramientas de simulación para optimizar el rendimiento del sistema.
Esta metodología permite ajustar los sistemas a condiciones reales del terreno, logrando alcances horizontales de hasta 2.6 kilómetros sin rebombeo adicional y alturas de elevación de hasta 55 metros verticales.
Aplicación en proyectos del sector hotelero
En un reciente desarrollo turístico de gran escala dentro del sector hotelero, KINENERGY participó en la revisión técnica e implementación de un sistema de baja presión, adaptado a las necesidades específicas del terreno y al nivel de servicio que exige una operación de alta demanda.
El proyecto integraba áreas residenciales, zonas de servicio, pabellones y edificios principales, todos conectados a una línea de descarga común que conducía hacia una planta de tratamiento.
El análisis hidráulico permitió dividir el conjunto en zonas operativas, cada una con bombas independientes que aportaban caudal a la línea principal, eliminando la necesidad de pozos intermedios o estaciones de rebombeo.
Gracias al diseño asistido y a la correcta selección de presiones y diámetros, el sistema logró transportar las aguas residuales desde los puntos más alejados hasta el cárcamo principal con eficiencia, confiabilidad y bajo mantenimiento.
¿Por qué los sistemas de baja presión representan el siguiente paso en la eficiencia hidráulica?
Más allá de resolver limitaciones técnicas, los sistemas de baja presión están impulsando un cambio en la manera en que se concibe la infraestructura sanitaria pues su valor no solo radica en la tecnología, sino en la posibilidad de diseñar redes más compactas, flexibles y adaptables a los requerimientos reales de operación.
Este enfoque complementa las bases del diseño convencional de instalaciones sanitarias, donde la correcta aplicación de normas, pendientes y diámetros asegura el funcionamiento por gravedad.
Sin embargo, cuando la topografía o las condiciones del terreno lo impiden, los sistemas de baja presión se convierten en la evolución natural de esas mismas soluciones, manteniendo la eficiencia del flujo y el cumplimiento normativo bajo un esquema presurizado.
¿Te gustaría evaluar si tu proyecto puede beneficiarse de un sistema de baja presión? ¡Déjanos tus datos aquí! Y nuestro equipo técnico te ayudará a identificar la alternativa más eficiente para tus necesidades.

Iván Rodríguez
Residente MEP Jr.
Residente MEP Jr.
