¿Qué es el Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) y por qué afecta la productividad laboral?
El Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) es el conjunto de molestias y afecciones que experimentan las personas al permanecer en espacios con una mala calidad de aire interior. Este, afecta a miles de trabajadores alrededor del mundo y sus causas están estrechamente vinculadas con fallas en la ventilación, la acumulación de contaminantes y el mantenimiento inadecuado de los sistemas HVAC.
Este artículo analiza el SEE desde un enfoque técnico y humano, abordando su impacto en la productividad laboral y la importancia de cumplir con normativas internacionales como ASHRAE 62.1, ASHRAE 55, EPA, OMS e INSST. A través de la revisión de estudios, normativas y casos reales, se presentan estrategias de diagnóstico y mitigación orientadas al diseño y mantenimiento de sistemas HVAC eficientes y saludables.

¿Cómo influye el confort ambiental en la productividad laboral?
La relación entre el confort ambiental y la productividad laboral ha sido objeto de estudio en las últimas décadas. El concepto de Síndrome del Edificio Enfermo (SEE), acuñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1982 y como se mencionó anteriormente describe el conjunto de síntomas físicos y psicológicos que experimentan los ocupantes de un edificio debido a condiciones ambientales inadecuadas.
Diversos estudios indican que el 30 % de los edificios modernos presentan indicios de SEE (EPA, 2017). El impacto económico y humano de este fenómeno ha llevado a la ingeniería HVAC a convertirse en una disciplina clave para el diseño de espacios saludables, donde la calidad del aire interior (IAQ) es determinante para la salud y el rendimiento.
Antecedentes
El estudio de la calidad del aire interior (IAQ) y su relación con el bienestar de los ocupantes comenzó a tomar relevancia durante la década de 1970, cuando la crisis energética llevó a construir edificios más herméticos para mejorar la eficiencia térmica. Este cambio, aunque redujo costos de energía, produjo una disminución significativa en la ventilación natural, incrementando la concentración de contaminantes interiores (Wong et al., 2009). En 1982, la Organización Mundial de la Salud (OMS) introdujo formalmente el término Síndrome del Edificio Enfermo (SEE), describiendo edificios donde más del 20 % de los ocupantes presentaban síntomas inexplicables relacionados con el ambiente interior (WHO, 1983). A partir de este hito, diversas instituciones —como la EPA y ASHRAE— desarrollaron guías para evaluar y mejorar la IAQ.
Durante los años 90, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) publicó la ficha técnica NTP-290, que sistematizó la detección del SEE mediante encuestas ocupacionales (INSST, 1994). Paralelamente, estudios científicos comenzaron a demostrar que elevadas concentraciones de CO₂ podían afectar el rendimiento cognitivo y la productividad (Seppänen & Fisk, 2004).
Con la creciente complejidad de los sistemas HVAC, asociaciones como ASHRAE, NEBB y SMACNA incorporaron estándares específicos para la ventilación, el balanceo, la filtración y la limpieza de ductos. Estos avances transformaron el SEE de un concepto general a un campo técnico de evaluación medible, especialmente relevante para ingenieros HVAC.
En las últimas dos décadas, la evidencia científica ha mostrado que mejoras en la calidad del aire interior pueden aumentar entre un 5–15 % la productividad y reducir hasta un 30 % el ausentismo laboral (Allen et al., 2016). Estos hallazgos han impulsado la adopción de ventilación controlada, filtración MERV 13+, monitoreo de CO₂ y protocolos de mantenimiento avanzado.
¿Cuáles son los síntomas y cómo afecta el Síndrome del Edificio Enfermo al bienestar y desempeño de los ocupantes?
El SEE se caracteriza por la presencia de síntomas como irritación ocular, fatiga, cefalea, mareo y dificultad para concentrarse. Según la OMS, estos síntomas deben presentarse en al menos el 20 % de los ocupantes para considerarse un caso de SEE, y establece dos tipos de edificios enfermos:
a) Edificio temporalmente enfermo: se trata de un edificio nuevo o recién renovado en el que los síntomas van disminuyendo a medida que pasa el tiempo. Suelen desaparecer al cabo de medio año aproximadamente.
b) Edificio permanentemente enfermo: en este caso los síntomas se siguen mostrando durante años. Suelen estar asociados a deficiencias de las instalaciones fijas como por ejemplo iluminación, climatización y ventilación. La siguiente tabla presenta un resumen de las principales normas y guías que abordan este fenómeno.

Factores que originan el Síndrome del Edificio Enfermo
El SEE tiene múltiples causas que pueden clasificarse en factores físicos, químicos, biológicos y psicosociales como:
- Físicos: temperatura inadecuada, ruido, iluminación deficiente o exceso de radiación solar.
- Químicos: compuestos orgánicos volátiles (COVs), ozono, formaldehído, CO₂ elevado.
- Biológicos: presencia de hongos, bacterias y alérgenos en ductos o superficies húmedas.
- Psicosociales: estrés laboral, carga de trabajo o falta de control sobre el entorno.
El SEE resulta de la interacción entre factores ambientales, estructurales y organizacionales. Los sistemas HVAC son el eje central de esta relación, ya que controlan el flujo de aire, la temperatura, la humedad y la filtración, afectando directamente el bienestar de los ocupantes. Las causas del SEE son multifactoriales y se relacionan tanto con el diseño arquitectónico como con la operación del edificio. Entre las principales destacan:
- Ventilación deficiente y falta de renovación del aire.
- Edificios herméticos diseñados con criterios de eficiencia energética sin adecuada ventilación.
- Acumulación de contaminantes por mantenimiento inadecuado del sistema HVAC.
- Iluminación o ruido inadecuado.
- Alta densidad de ocupantes y fuentes internas de calor.
- Presencia de contaminantes biológicos (hongos, polvo, bacterias) o químicos (COVs, ozono, CO₂).
Impacto del SEE en la productividad
Estudios realizados por Putra y Chandra (2015) demostraron que una mejora en la calidad del aire interior puede aumentar la productividad entre un 5 y 10 %. Por el contrario, altos niveles de CO₂ (>1000 ppm) reducen la capacidad de toma de decisiones y concentración. Además, la exposición prolongada a ambientes inadecuados puede derivar en ausentismo laboral y menor rendimiento. Según Ríos et al. (2020), el 20 % del personal en edificios herméticos presentó síntomas compatibles con SEE, destacando la necesidad de mantenimiento preventivo en sistemas HVAC.
Evaluación técnica del SEE en sistemas HVAC
El diagnóstico del SEE requiere evaluar la calidad del aire interior y las condiciones del sistema HVAC. Los parámetros más relevantes incluyen la tasa de ventilación, temperatura, humedad relativa y niveles de CO₂. ASHRAE 62.1 establece los mínimos de ventilación, mientras que ASHRAE 55 define los rangos de confort térmico. El mantenimiento inadecuado de los equipos, filtros obstruidos y ductos contaminados son causas comunes de SEE.

Caso de estudio: edificios educativos en México
El estudio se realizó en una dependencia de educación superior ubicada, Tamaulipas. Se seleccionaron dos edificios con características constructivas y de operación distintas como se puede observar en la siguiente tabla:

Ciudad Victoria presenta un clima con temperaturas extremas que oscilan entre 2 °C y 40 °C, con promedio anual de 24.5 °C, lo que vuelve indispensable el uso de sistemas HVAC la mayor parte del año.
El diagnóstico del SEE se realizó mediante el cuestionario NTP-290 del INSST (España), adaptado al contexto mexicano. Este instrumento evalúa tres grandes dimensiones:
- Lugar o espacio de trabajo: ruido, ventilación, temperatura/humedad, iluminación y olores.
- Entorno de trabajo: tipo de oficina, ventilación natural, número de equipos electrónicos, horas de exposición, antigüedad laboral.
- Síntomas percibidos: oculares, respiratorios, cutáneos, de garganta, digestivos, dolorosos, parecidos a gripe, tensión, etc.
Población encuestada
Total de participantes: 40 trabajadores.
- 30 profesores de tiempo completo (PTC).
- 10 ocupantes del personal administrativo (PA).
Criterio: mínimo 1 año de antigüedad en el edificio y 60 % del tiempo laboral dentro de oficina.
Análisis: regresión logística múltiple para correlacionar síntomas con tipo de edificio y entorno.
Resultados obtenidos (más relevantes)
El coeficiente alfa de Cronbach > 0.7 confirmó la consistencia de este instrumento. Por lo que en las siguientes tablas se observan los resultados obtenidos tras encuestar a la población anteriormente mencionada.
Tabla 4. Resultados obtenidos de la población encuestada


Con base en los datos mostrados en las tablas 4 y 5, además de la información restante obtenida en la encuesta, observamos que:
- Se detectaron síntomas compatibles con SEE en el 20% del total de trabajadores.
- En el edificio A, 52% de los ocupantes presentaron síntomas relacionados.
- En el edificio B, cuatro secciones superaron el 20 %, límite definido por INSST para considerar presencia de SEE.
- Las secciones con ventilación deficiente o flujo de aire no constante presentaron los mayores índices de síntomas, especialmente en el edificio A, donde la hermeticidad y la falta de ventilación natural impidieron la renovación adecuada del aire.
- La variable “síntomas oculares” fue la más significativa estadísticamente (p < 0.05), lo que coincide con condiciones de baja humedad relativa o flujo de aire mal dirigido, típicas de sistemas HVAC sin mantenimiento preventivo o con filtración deficiente.
Viéndolo desde la perspectiva del HVAC, los hallazgos reflejan varios puntos críticos:
- La hermeticidad no siempre implica eficiencia, ya que la eficiencia energética debe equilibrarse con la calidad del aire interior.
- Los sistemas HVAC deben diseñarse con flexibilidad, si se permite un control local de temperatura y ventilación se puede mejorar la satisfacción térmica.
- El mantenimiento preventivo es determinante, los edificios sin limpieza de filtros ni balanceo de aire desarrollan el SEE en menos de tres años de operación.
- La calidad del aire afecta la productividad, si se genera un incremento de 400 ppm en CO₂ puede reducir la capacidad cognitiva hasta un 21% (EPA, 2017).
A continuación, te presentamos una tabla de la interpretación técnica del caso de estudio desde la perspectiva HVAC:

Este caso demuestra que el diseño, balanceo y mantenimiento de sistemas HVAC deben priorizar no solo el confort térmico sino también la salud ambiental interior. Aplicar normas como ASHRAE 62.1, ASHRAE 55, SMACNA 2021 y NEBB 2019 es esencial para prevenir el SEE, especialmente en edificios educativos, oficinas y hospitales, donde los ocupantes permanecen más de 8 horas diarias.
Estrategias de prevención y mitigación HVAC
La prevención del SEE requiere una estrategia integral de diseño, operación y mantenimiento. Las siguientes acciones se recomiendan con base en estándares como NEBB, SMACNA y ASHRAE:
- Aumentar la ventilación exterior en espacios cerrados.
- Implementar sistemas de filtración MERV 13 o superior.
- Realizar limpieza periódica de ductos y difusores (SMACNA 2021).
- Verificar presión diferencial entre zonas limpias y contaminadas.
- Incorporar sensores de CO₂ y humedad en tiempo real.
- Programar mantenimiento preventivo documentado (NEBB Procedural Standard, 2019).
- Usar materiales con baja emisión de COVs.
- Fomentar la capacitación del personal de mantenimiento en higiene ambiental.
Conclusiones
El Síndrome del Edificio Enfermo es consecuencia directa de una mala calidad del aire interior, generalmente asociada a ventilación insuficiente, hermeticidad excesiva y mantenimiento deficiente de los sistemas HVAC.
La evidencia científica y normativa demuestra que estas condiciones afectan la salud, generan síntomas como fatiga, irritación ocular y molestias térmicas, y reducen el rendimiento cognitivo y la productividad laboral.
Los edificios herméticos sin ventilación natural o sin control ambiental adecuado presentan mayor prevalencia de SEE, mientras que aquellos con mezcla de ventilación natural y mecánica ofrecen mejores condiciones de bienestar.
La aplicación rigurosa de estándares como ASHRAE 62.1 y 55, junto con prácticas de mantenimiento NEBB y SMACNA, permite prevenir estos problemas mediante un suministro adecuado de aire exterior, filtración eficiente y monitoreo continuo.
En conclusión, mejorar la calidad del aire interior no solo protege la salud de los ocupantes, sino que incrementa significativamente la eficiencia y productividad del entorno laboral. Los sistemas HVAC, bien diseñados y mantenidos, son la herramienta clave para lograr edificios saludables y sostenibles. ¿Tienes un proyecto? Escríbenos a hola@kin.energy, nosotros te ayudamos.

Simón de la Cruz
Ingeniero HVAC Cx Jr.
Ingeniero HVAC Cx Jr.
Simón cuenta con más de 1 año de experiencia en el área de HVAC y más de 2 años de experiencia en actividades de ingeniería, ha participado en alrededor de 15 proyectos de ingeniería en México, como hospitales, hoteles, centros comerciales y multidisciplinarios.
Durante su estancia en la Facultad de Ingeniería, participó en BAJA SAE UNAM, un equipo multidisciplinario que desarrolla anualmente un vehículo todo terreno para competir y representar a la UNAM a nivel nacional e internacional.
Simón cuenta con un diplomado en Desarrollo de habilidades directivas y título de Ingeniería Mecánica por la UNAM.
Referencias:
1. Agencia de Protección Ambiental (EPA). (2017). Indoor air quality offices and other large buildings.
2. Allen, J. G., MacNaughton, P., Satish, U., Santanam, S., Spengler, J. D., & Hernandez, D. (2016). Associations of cognitive function scores with carbon dioxide, ventilation, and volatile organic compound exposures in office workers: A controlled exposure study. Environmental Health Perspectives, 124(6), 805–812.
3. INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo). (1994). NTP-290: El síndrome del edificio enfermo. España.
4. Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST). (1994). NTP 290: El síndrome del edificio enfermo.
5. Macrofilter. (2024). Qué es el síndrome del edificio enfermo. https://filtrosindustrialesmacrofilter.com/que-es-el-sindrome-del-edificio-enfermo/
6. National Environmental Balancing Bureau (NEBB). (2019). Procedural Standards for Testing, Adjusting, and Balancing of Environmental Systems.
7. Putra, P., & Chandra, J. (2015). Effects of indoor air quality on the occupant’s health and productivity in an office building. Universiti Tun Hussein Onn Malaysia.
8. Ríos-Aceves, K. E., Macías-Hernández, B. A., Ventura-Houle, R., & Alemán-Baez, A. (2020). Salud ambiental en interiores: edificios enfermos. Sociedad y Ambiente, (22), 1–21.
9. Ríos-Aceves, K. E., Macías-Hernández, B. A., Ventura-Houle, R., & Alemán-Baez, A. (2020). Salud ambiental en interiores: edificios enfermos. Sociedad y Ambiente, (22), 1–21.
10. Seppänen, O. A., & Fisk, W. J. (2004). Summary of human responses to ventilation. Indoor Air, 14(s7), 102–118.
11. SMACNA. (2021). HVAC System Cleanliness Guidelines.
12. Solé, D. (2017). Empresa saludable: ¿destino o carrera de fondo? Archivos de Prevención de Riesgos Laborales, 20(2), 78–79.
13. Soler & Palau. (2023). ¿Qué es el síndrome del edificio enfermo?. https://www.solerpalau.com/blog/es-es/sindrome-edificio-enfermo/
14. Tecnobuildings. (2023). Factores y recomendaciones ante edificios enfermos. https://www.tecnobuildings.com/blog/edificios-enfermos
15. WHO (World Health Organization). (1983). Indoor Air Pollutants: Exposure and Health Effects. Report on a WHO Meeting.
16. Wong, L. T., Mui, K. W., & Hui, P. S. (2009). A survey of indoor air quality in offices in Hong Kong. Building and Environment, 44(6), 1395–1401.
